La iglesia dedicada al Sagrado Corazón está ubicada en el barrio Víctor Hugo. Las obras comenzaron en 1925 y la iglesia fue finalmente consagrada en 1957.
Los proyectos para construir una iglesia, a partir de 1885, en el barrio de Bussate, se vieron frustrados por múltiples acontecimientos: separación de Iglesia y Estado en 1905, la Gran Guerra de 1914.
En 1925, la obra apenas había comenzado y se interrumpió hasta 1939 cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial.
El proyecto inicial fue retomado y transformado por el arquitecto Pierre LALIARD en 1953-54 quien diseñó una amplia y vasta nave cubierta con un techo a dos aguas sostenido por delgados pórticos de hormigón.
Arquitecto y miembro de la comisión de arte sacro, Pierre LALIARD, construyó durante más de 30 años 8 iglesias o capillas, construyendo en 1948 un monasterio para las Carmelitas de Cognac, un monasterio una iglesia para las contemplativas del Buen Pastor. Le debemos muchas restauraciones: el coro de la iglesia de Saint-Jacques de L'Houmeau, la capilla de Saint-Roch, la abadía de Bassac, la escuela de Sainte-Marie en Chavagnes.
La construcción de las iglesias de Notre-Dame de la Route en Saint-Yrieix, Notre-Dame de la Paix en Gond-Pontouvre, Saint-Joseph artesano en Soyaux, Sainte-Bernadette en Angoulême.
Le debemos el trabajo en la escuela Saint-Paul para la construcción del edificio (refectorio y cocinas, aulas arriba).
La iglesia fue finalmente consagrada en marzo de 1957 y abierta al culto.
En 2001 se colocó una nueva aguja.
La fachada principal de la iglesia es extremadamente severa. Los velos de hormigón, extendidos frente a un muro de piedra, simbolizan la envolvente contemporánea del proyecto inicial.
Sólo un campanario esbelto aporta cierta elevación.
Esta iglesia merece un desvío por sus vidrieras realizadas en dos campañas:
Las vidrieras del maestro vidriero Gérard Lardeur (1931-2020), visibles en la nave, fueron bendecidas en 1966 por Monseñor Pouget. Los sencillos cristales de colores imaginados por el arquitecto Laliard para animar la nave fueron sustituidos por las creaciones no figurativas de Gérard Lardeur. Golpean ante todo por su austeridad. Este sesgo es voluntario y se hace eco de la búsqueda del silencio, la paz y la contemplación.
El maestro vidriero ha llevado la expresión del plomo hasta el punto de darle una presencia y un volumen que va más allá del uso habitual.
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En septiembre de 2009, con motivo de la celebración del 50 aniversario del edificio, la fachada recibió una vidriera contemporánea de 5,80 m de alto y 2 m de ancho, compuesta por 49 pequeños paneles de vidrio de colores vivos que representan el sagrado corazón y Cristo cuyo cabeza, manos y pies están grabados en placas de acero inoxidable. Este trabajo se lo debemos al taller de vidrieras de Anne Pinto a partir del dibujo original de una feligresa.
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